Por: Xavier Villar
El tema central de la discusión fue el acuerdo nuclear, el cual dominó la atención de los participantes. Masud Pezeshkian hizo referencia a una ley aprobada por el Parlamento la cual considera un obstáculo significativo para alcanzar un nuevo acuerdo. En su intervención, Pezeshkian expresó su intención de revocar esta ley, argumentando que su derogación podría facilitar las negociaciones.
Según esta ley, debido a las sanciones persistentes impuestas a Irán y al incumplimiento de los compromisos del acuerdo nuclear, Irán suspendió voluntariamente la implementación del Protocolo Adicional. Este protocolo permite a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) visitar e inspeccionar las instalaciones nucleares iraníes en cualquier momento, denegándoles acceso a estas instalaciones.
Este enfoque refleja la importancia y las implicaciones críticas que tiene el acuerdo nuclear para Irán, así como las posiciones y propuestas específicas que los candidatos presidenciales están promoviendo en este crucial tema de política internacional.
Durante el debate, Masoud Pezeshkian, candidato reformista, hizo hincapié en que Irán se encuentra en una encrucijada debido a las sanciones internacionales, acusando directamente a su rival principalista, Said Yalili, de abogar por su prolongación.
En respuesta, Yalili contraatacó acusando a Pezeshkian de mostrarse demasiado inclinado hacia concesiones occidentales, señalando que “el mundo no se limita solo a tres países”. Además, criticó la falta de un programa claro por parte de Pezeshkian y sugirió que su estrategia gubernamental podría incluir ceder ante presiones externas. En contraste, Yalili prometió que bajo su presidencia, Estados Unidos “lamentaría haber impuesto sanciones a Irán”.
Pezeshkian no se quedó atrás y lanzó un contraataque criticando la falta de experiencia administrativa de Yalili como candidato presidencial, recordándole que durante su período como negociador, Irán enfrentó algunas de las sanciones más severas de su historia.
El candidato reformista enfatizó que el desarrollo del país depende de la integración con la comunidad internacional y la eliminación de las sanciones. Se comprometió a dedicar cada hora de su mandato a ese objetivo crucial.
En sus múltiples debates y discursos públicos en Irán, el candidato reformista ha mencionado la necesidad de “consultar a expertos” sobre asuntos económicos y sociales, sin detallar específicamente su agenda. Estos “expertos” provienen principalmente del campo reformista tradicional, a pesar de las declaraciones de Pezeshkian asegurando que no tiene alineación partidista.
Uno de los expertos que más ha acompañado al candidato reformista en debates y apariciones públicas es Mohamad Yavad Zarif, el exministro de Asuntos Exteriores que negoció y firmó el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) en 2015. Zarif es una figura que genera tanto elogios como críticas intensas, lo que refleja un pluralismo significativo en el país. Muchos iraníes lo aprecian por su habilidad para mantener un diálogo constructivo con Occidente. Sin embargo, otra parte de la población lo critica por lo que perciben como comprometer las capacidades nucleares de Irán sin garantías suficientes de cumplimiento por parte de Washington.
En este contexto, es relevante recordar que la administración del fallecido presidente Seyed Ebrahim Raisi consideraba que uno de los principales errores del gobierno de Hasan Rohani, durante el cual Zarif era ministro de Exteriores, fue permitir que Estados Unidos violara el acuerdo desde el principio al no exigir contrapartidas más contundentes en caso de retirarse unilateralmente del pacto.
Por otro lado, Saied Yalili es un candidato con más experiencia en debates, aunque muchos expertos consideran que varios de sus comentarios fueron demasiado técnicos y específicos para conectar efectivamente con los votantes.
En términos de la relación con Occidente, Yalili y su posible gobierno se perciben como una continuación de la política de Raisi. En este sentido, Yalili ha enfatizado en múltiples intervenciones públicas que Irán debería obligar a Occidente a “lamentar” su abandono del acuerdo nuclear. Sin embargo, hasta el momento, Yalili no ha esclarecido cómo su hipotético gobierno lograría este objetivo.
En el debate quedó patente que ambos candidatos coinciden en identificar la inflación como un desafío crucial para la economía, reconociendo además los desequilibrios presupuestarios y bancarios como causas fundamentales de este problema. Sin embargo, sus estrategias y enfoques económicos difieren considerablemente.
Said Yalili considera que el control de la inflación radica en una gestión efectiva del rial y sostiene que es crucial incrementar los recursos en moneda extranjera. En cuanto a la política de fijación de precios, Yalili se opone a la liberalización y subraya la importancia de mantener la estabilidad de los precios como una obligación imperativa.
Por su parte, Masuud Pezeshkian responsabilizó al gobierno de Raisi por el aumento de la inflación al absorber recursos de los ciudadanos. Propugna por la eliminación de sanciones y el aumento de ingresos en moneda extranjera a través de exportaciones e inversión extranjera. Durante el último debate, destacó la política crucial de unificación del tipo de cambio, revelando así parte de sus planes prioritarios.
En numerosas ocasiones anteriores, el candidato reformista había manifestado su apoyo a la economía de mercado. En el último debate, reiteró la necesidad de permitir que el mercado actúe libremente y expresó su oposición tanto a la fijación de precios como a la asignación preferencial de divisas, salvo en casos especiales como medicamentos y bienes básicos.
El día después del último debate, ambos candidatos cerraron sus campañas en la capital, Teherán, atrayendo a cientos de miles de seguidores en dos puntos diferentes de la ciudad.
En paralelo, el Líder de la Revolución islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, realizó una intervención pública destacando la importancia de las elecciones en Irán. En sus palabras, enfatizó que “cualquiera interesado en el Islam, la República Islámica, el progreso del país y la mejora de la situación debe mostrar su interés participando en las elecciones el viernes”.
Además, el ayatolá Jamenei señaló que la participación en la primera etapa de las elecciones fue menor de lo esperado, instando a una reflexión por parte de sociólogos y expertos políticos: “Hay razones detrás de este asunto que deberían ser examinadas”.
El Líder de la Revolución Islámica rechazó rotundamente la idea de que aquellos que optaron por no votar en la primera ronda estuvieran en contra del sistema. Afirmó que, aunque algunas personas puedan tener opiniones negativas hacia figuras políticas específicas o incluso hacia el sistema islámico, sería incorrecto asumir que la abstención implica tal postura. “Esta línea de pensamiento es absolutamente incorrecta”, remarcó.
El ayatolá Jamenei reconoció que las razones para la baja participación podrían incluir problemas personales, laborales u otros desafíos. Expresó su esperanza de que la participación en las próximas fases de la votación sea “inspiradora y traiga honor al sistema”.
Finalmente, reiteró su llamado a la participación, describiéndola como “la columna vertebral y la fuente de orgullo del sistema”.