Publicada: viernes, 31 de mayo de 2024 5:57

El reconocimiento de tres países europeos al Estado palestino en este momento crítico ejerce presión sobre el régimen de Israel que mantiene su negativa a detener el genocidio en Gaza, respaldado por el apoyo político, económico y militar de Estados Unidos.

España, Irlanda y Noruega reconocen formalmente a Palestina

España, Irlanda y Noruega han reconocido oficialmente al Estado palestino, argumentando que buscan centrar la atención en los esfuerzos por encontrar una solución política a la situación en Asia Occidental. Esperan que, al actuar mancomunadamente, inspiren a otros países europeos a seguir su ejemplo en un empeño diplomático que podría ayudar a garantizar un alto al fuego en Gaza.

Este reconocimiento ha desatado una disputa acalorada con Israel, que ha acusado a estos países de recompensar el terrorismo. Israel ha retirado a sus embajadores de Irlanda, Noruega y España, y formalmente reprendió a sus enviados en Tel Aviv.

El impacto del reconocimiento de un Estado palestino

Los tres países afirmaron reconocer  al Estado palestino, basado en las fronteras establecidas antes de la guerra en 1967. La bandera palestina ondeó sobre el Parlamento de Irlanda, mientras los diputados pasaron  cuatro horas debatiendo el tema.

Cuando la formalidad del reconocimiento de Noruega entró en vigor, el ministro de Relaciones Exteriores, Espen Barth Eide, lo describió como “un día especial para las relaciones Noruega-Palestina”.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó que el anuncio “no está en contra de nadie, y mucho menos de Israel”.

Israel parece estar más enojado con España. Su canciller, Israel Katz, publicó un video en las redes sociales mostrando bailes y música flamencos yuxtapuestos con imágenes explícitas de la operación “Tormenta de Al-Aqsa”, con la frase: “HAMAS: gracias España”. España condenó la publicación como “escandalosa y repugnante”. Katz publicó videos similares sobre Irlanda y Noruega.

Los diplomáticos aseguran que Israel ha respondido enérgicamente hacia España, Irlanda y Noruega para desalentar a otros países de seguir su ejemplo.

Eslovenia, Malta y Bélgica han insinuado que podrían reconocer a Palestina también.

Reconocimiento europeo a Palestina

Este reconocimiento responde al creciente malestar popular en los países occidentales, que clama por detener el genocidio y que no será ignorado por Israel, consciente de que la lista de Estados europeos que se inclinan a aupar al Estado Palestina no se detendrá en tres.

Algunos observadores señalan que muchos países europeos buscan con este reconocimiento dos objetivos: poner fin al genocidio en Gaza y castigar a Israel, que ha persistido en su desafío sin ser contenido por las organizaciones internacionales, convirtiendo a estas naciones, incluidas las europeas, en cómplices por su inacción.

A pesar de su simbolismo, este movimiento europeo podría presionar a Israel en un contexto internacional poco favorable para este último, especialmente después de decisiones de la Corte Internacional de Justicia y de la Corte Penal Internacional, así como protestas populares en países occidentales, incluyendo Estados Unidos, contra los crímenes israelíes en el enclave costero palestino.

El reconocimiento europeo de Palestina no es novedoso; desde 1988, 139 de los 193 Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han reconocido al Estado Palestino, incluyendo ocho países europeos. Lamentablemente, este reconocimiento no ha garantizado ningún derecho al pueblo palestino, ya que sus derechos han sido ligados a negociaciones con un régimen que rechaza otorgarles, incluso el derecho a la vida, utilizando las negociaciones para consolidar su ocupación y expandir sus asentamientos ilegales en la ocupada Cisjordania.

Lo nuevo en este reconocimiento europeo es que llega en un momento de cambio en las dinámicas de poder, gracias a la resistencia y la operación “Tormenta de Al-Aqsa”, así como a la legendaria resistencia de los habitantes de Gaza. Esta vez, el movimiento palestino trascenderá la simbología anterior, particularmente después de los Acuerdos de Oslo de 1993, que no modificaron la postura israelí ni la europea, ambas claramente a favor de Israel.

La “Tormenta de Al-Aqsa” ha dejado en claro ante el mundo, incluso a aquellos europeos que respaldan a Israel, la determinación del pueblo palestino para defender sus derechos, aun a costa de sacrificios humanos significativos. La Resistencia legendaria de los gazatíes ha puesto al descubierto el papel de Estados Unidos en la región de Asia Occidental, ha desvelado la falacia del supuesto “ejército moral” israelí, y ha expuesto los crímenes de guerra perpetrados por Israel ante la opinión pública europea. También ha llevado a ese régimen ante la Corte Internacional de Justicia como un criminal de guerra, ha iniciado procedimientos legales contra líderes israelíes en la Corte Penal Internacional y ha cambiado la percepción del público europeo respecto a Israel, sentando así las bases para el reconocimiento y establecimiento del Estado Palestino, y señalando el inevitable declive de Israel.

Mohsen Khalif