• El grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), desde su penetración el Libia, ha secuestrado y ejecutado a numerosos civiles en este territorio.
Publicada: jueves, 6 de agosto de 2015 16:50

Amnistía Internacional (AI) denuncia que 600 personas han sido secuestradas desde el pasado año en Libia por miembros de grupos terroristas activos en el país africano.

Mediante un comunicado, citado este jueves por la página Web egipcia Al-Youm7, el organismo pro derechos humanos ha considerado el secuestro como parte de la vida cotidiana de los libios y ha insistido en poner fin a esta práctica a través de medidas drásticas.

Cientos de civiles son raptados simplemente por pertenecer a ciertas áreas o apoyar a un grupo político rival. En la mayoría de los casos, los toman como rehenes para obligar a su familia a pagar un rescate o para presionar a otro grupo armado a aceptar un intercambio de prisioneros”, ha explicado el vicedirector de AI para Oriente Medio y el Norte de África, Said Boumedouha.

Según confirma la Organización de la Media Luna Roja de Libia, se desconoce el destino de al menos 378 raptados, si bien, el número real es mucho mayor al publicado. 

El vicedirector de AI para Oriente Medio y el Norte de África, Said Boumedouha, ha considerado la inexistencia de un gobierno central y la falta de un sistema judicial para aplicar la ley como las principales razones del aumento de los secuestros en Libia.    

Grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) desplegando fuerzas en la ciudad Sirte (Libia).

 

Cientos de civiles son raptados simplemente por pertenecer a ciertas áreas o apoyar a un grupo político rival. En la mayoría de los casos, los toman como rehenes para obligar a su familia a pagar un rescate o para presionar a otro grupo armado a aceptar un intercambio de prisioneros”, ha explicado el funcionario de la onegé.

Boumedouha ha recordado que el derecho internacional prohíbe la detención de civiles como rehenes. A su vez, ha revelado que la cantidad de los crímenes cometidos durante el conflicto armado libio ha llegado a niveles de “crímenes de guerra”.

Al final, ha urgido a la comunidad internacional a aumentar su apoyo a las investigaciones de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre los crímenes de lesa humanidad en Libia.

En un vídeo difundido a principios de año por el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) se ve cómo sus miembros decapitan a 21 trabajadores egipcios secuestrados en la ciudad de Sirte (este de Libia); una demostración horrenda de la profundidad de la crisis que aqueja a ese país.

La intervención militar del Reino Unido y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Libia que tenía supuestamente como objetivo restablecer la paz, no ha tenido ningún otro logro que provocar un verdadero desastre en el país que se ha convertido en un bastión seguro para los terroristas.

Conversaciones de paz entre las dos principales facciones libias, auspiciadas por el enviado de la ONU para Libia, Bernardino León, en Marruecos.

 

Esta campaña militar extranjera que acabó con el régimen de Muamar Gadafi (el 20 de octubre de 2011) ha tenido nefastas consecuencias para el territorio libio. Desde entonces, Libia se dividió en dos facciones principales: una, el gobierno interino, encabezado por el premier Abdolá al-Thani, nombrado por la Cámara de Representantes, que se vio forzada a abandonar Trípoli y reubicarse en Tobruk, y la otra, el llamado gobierno de Salvación Nacional.

El pasado 29 de abril, el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Libia, Bernardino León, dio un ultimátum a las facciones libias para responder a su propuesta de formar un Gobierno de coalición que ponga un punto y final a los violentos enfrentamientos que se viven en el país.

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