Renault ha firmado hoy viernes un acuerdo de inversión conjunta de tipo joint venture con la Organización de Desarrollo y Renovación Industrial de Irán (IDRO, por sus siglas en inglés) para la fabricación y distribución de coches.
Los primeros vehículos producidos en el marco de esta nueva asociación —en la que Renault tendrá la mayoría del capital— serán, a partir de 2018, los modelos Symbol y Duster, en una fábrica que ya existe pero que se tiene que poner a nivel, según ha explicado a la agencia de noticias Efe una portavoz de la compañía francesa.
Esa factoría tendrá, en una primera fase, capacidad para ensamblar 150.000 vehículos anuales, que se sumarán a los 200.000 que potencialmente podría fabricar Renault ya en Irán gracias a sus acuerdos con sus otros dos socios locales, Saipa e Iran Khodro (IKCO, por sus siglas en inglés).
La nueva filial común integrará un centro de ingeniería (para adaptar los modelos a los requerimientos locales del país) y un centro de compras para favorecer el acceso a los proveedores iraníes.
Además, una de las novedades es que el grupo francés va a desarrollar su propia red de distribución en Irán.
El compromiso con IDRO se concluyó en el marco del Salón del Automóvil de París, que ha comenzado esta semana en presencia del presidente de Renault, Carlos Ghosn, y del ministro de Industria, Minas y Comercio de Irán, Mohamad Reza Nematzadeh.
Renault está presente en Irán desde 2003 a través de sus acuerdos con Saipa e Irán Khodro, pero las sanciones antiraníes habían impedido una expansión importante hasta muy recientemente, de forma que en todo ese tiempo juntos han producido 500.000 vehículos.
El objetivo de la marca del rombo es incrementar su cuota de mercado al 20 % en el horizonte de 2020, cuando se espera que se vendan en Irán unos 2 millones de vehículos, lo que significaría unas 400.000 unidades.
tmv/mla/alg/mrk
