“Si el partido Movimiento 5 Estrellas llega a gobernar, entonces reconoceremos el Estado de Palestina”, aseguró el sábado Di Maio, líder de esta formación durante su visita a la sede de la Presencia Internacional Temporal en Hebrón (Al-Jalil), según recoge la agencia oficial de noticias ANSA.
El funcionario italiano precisó que esta decisión es parte de la postura política que ha mantenido el Movimiento 5 Estrellas como fuerza de la oposición.
Si el partido Movimiento 5 Estrellas llega a gobernar, entonces reconoceremos el Estado de Palestina”, dice el vicepresidente de la Cámara de Diputados de Italia, Luigi Di Maio
Por su parte, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara italiana, Manlio Di Stefano, que formaba parte de la delegación italiana en este viaje, recalcó que el reconocimiento se basará en las fronteras anteriores al año 1967.
“También vamos a decir a los israelíes que tendrán que retirarse de los Altos de Golán. Es un asunto que ya discutimos con la alcaldesa de Belén (Beitolahm), Vera Bahboun”, dijo Di Stefano.
Di Maio aseveró que un eventual reconocimiento del Estado palestino por parte del Gobierno de Roma impulsaría a otros países europeos a hacer lo mismo, puesto que se trata de la Unión Europea (UE), donde la decisión de un miembro influirá sobre los otros.
Los continuos crímenes perpetrados por el régimen de Tel Aviv contra los palestinos, como la agresión militar contra Gaza (entre julio y agosto de 2014), y la indiferencia de las autoridades israelíes ante los llamamientos de la comunidad internacional al cese de las políticas expansionistas, han tenido como resultado que el reconocimiento del Estado palestino gane peso en los países europeos.
Suecia se convirtió en octubre de 2014 en el primer país del bloque comunitario en reconocer oficialmente el Estado de Palestina, casi 67 años después de la ocupación del país árabe por el régimen israelí.
También, los Parlamentos de otros Estados europeos, como Italia, España, Francia, Noruega, Portugal, Irlanda y Bélgica, han pedido a sus Gobiernos seguir los pasos de Suecia, lo que ha provocado la ira de las autoridades del régimen de Tel Aviv.
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