Qais al-Jazali, el líder del grupo Asaib Ahl al-Haq, que forma parte de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) ha advertido este domingo sobre las actividades de ciertos “poderes externos” para dirigir al país hacia la inestabilidad e inseguridad.
Sus comentarios se producen en la ceremonia de funeral de dos altos comandantes del grupo, que fueron asesinados el pasado viernes en su oficina por una banda de asaltantes durante las protestas antigubernamentales en la provincia de Maisan, en el sureste de Irak.
“Su sangre demuestra la gran conspiración que fue lanzada desde el exterior hacia la población iraquí. Estados Unidos y el régimen sionista son responsables de estos mártires porque no quieren que haya paz en Irak”, ha agregado.
Al-Jazali, además, ha alertado sobre la presencia de decenas de elementos infiltrados entre los manifestantes, destacando que estos actores están buscan desviar las protestas pacíficas y destruir las propiedades públicas.
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No quieren un Irak estable. Quieren llevarlo a la discordia y al caos”, ha alertado Hadi al-Ameri, líder de la coalición iraquí de Al-Fath, sobre las conspiraciones de Israel y EE.UU. en las protestas del país árabe.
Por su parte, Hadi al-Ameri, líder de la coalición Al-Fath, una de las facciones políticas con mayor representación parlamentaria iraquí, ha destacado el papel de EE.UU. y el régimen de Israel para seducir a los manifestantes y desviar el fin pacífico de las protestas.
“No quieren un Irak estable. Quieren llevarlo a la discordia y al caos”, ha alertado Al-Ameri, que también funge como secretario general de la organización iraquí Badr, facción armada de Al-Hashd Al-Shabi.
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Decenas de personas han muerto en los últimos días en varias ciudades de Irak, entre ellas la capitalina Bagdad, durante una nueva ola de protestas por la situación económica. Las autoridades iraquíes denuncian que los agentes armados infiltrados entre los manifestantes, son la principal causa de los disturbios y la violencia y ha detenido a varios de ellos.
Como se ve en varios vídeos divulgados en las redes sociales, la mayor parte de las muertes y la violencia no vienen de la población ni de las fuerzas de seguridad iraquíes, sino de unos infiltrados entre los manifestantes.
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El Gobierno de Bagdad ha rechazado el uso de fuerzas y armas contra los indignados. Además, ha advertido sobre los responsables que están detrás de los disturbios, que tienen como objetivo crear caos en el país, situación que beneficia sobre todo al régimen de Israel y Arabia Saudí.
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