El portero se metió al arco para tomar agua y se olvidó del juego. Su distracción fue extrema al punto de que el contragolpe del equipo rival llegó hasta el área chica y el guardameta ni se inmutó.
El delantero Kutschke marcó el gol del empate transitorio y el portero seguía dentro del arco. Sus compañeros lo miraron y sorprendidos le reclamaron su accionar.
Afortunadamente su equipo, el Duisburgo, ganó 2-1 con un tanto de penal. De lo contrario lo hubiese pasado incluso mucho peor.
aaf/anz/ftm/rba
