Los manifestantes quemaron neumáticos frente al consulado ruso en Kiev, capital ucraniana, e incluso un vehículo diplomático se vio envuelto en llamas antes de que los bomberos lograran extinguir el fuego. Los manifestantes pedían la liberación de las tres embarcaciones ucranianas detenidas por Rusia cuando atravesaban el estrecho de Kerch.
El hecho ha provocado que la tensión escale rápidamente entre ambos países. Ucrania insiste en que se trata de una agresión, pero Rusia se defiende aduciendo que Kiev le provocó llevando las naves tan cerca de sus costas.
Según el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso), Rusia se vio obligada a emplear las armas para impedir el paso de las naves ucranianas, que incursionaron en sus aguas territoriales y no respondieron a las advertencias de los barcos rusos que las escoltaban.



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