• Manifestantes en Egipto vuelven a desafiar al presidente Al-Sisi
Publicada: domingo, 22 de septiembre de 2019 18:49
Actualizada: domingo, 22 de septiembre de 2019 19:15

Miles de egipcios vuelven a desafiar al presidente Abdel Fatah al-Sisi. El enojo y resentimiento llena las calles de Egipto. La policía reprime las protestas.

Las protestas en el Egipto de la era del presidente Al-Sisi son insólitas, aunque la represión no es nada nuevo. Las fuerzas de seguridad han detenido a decenas y han respondido con balas de goma y gases lacrimógenos a la segunda noche de protestas contra el presidente Al-Sisi.

Las marchas empezaron la noche del viernes en la simbólica plaza Tahrir de El Cairo. Miles de gritos contra el régimen y la corrupción. Las manifestaciones se repitieron en Alejandría, Suez y otras ciudades. Aunque no tienen la magnitud de las protestas de 2011, que derrocaron al dictador Hosni Mubarak, su mensaje es bien claro.

Los manifestantes respondieron al llamado de este actor y empresario egipcio. Mohamad Ali trabajó para el Ejército y ahora vive autoexiliado en España.

A través de sus videos en las redes sociales, ha revelado la corrupción del presidente Al-Sisi y otros altos cargos militares.

Desvíos de millones de dólares de fondos públicos para construir palacios y hoteles de lujo. En un vídeo, el sábado, Ali dio un ultimátum a Al-Sisi para que abandone el poder y llama a los egipcios a una marcha de un millón de personas para el próximo viernes.

El presidente que se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) rechaza las acusaciones y asegura que todos son calumnias. Sin embargo, un grupo de egipcios se congregó frente al hotel de su residencia para decir que están hartos.

Al-Sisi llegó al poder en junio de 2014, un año después de liderar un golpe de Estado militar contra Muhamad Mursi, el presidente electo democráticamente.

La economía se ha visto afectada. Los egipcios luchan para hacer frente a la subida de precios, tras la devaluación de la moneda y las medidas de austeridad. La tasa de pobreza ha alcanzado el 32,5 por ciento. Además, Al-Sisi ha restringido la libertad de expresión. Las voces opositoras son reprimidas con duras penas de muerte y de prisión.

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