A través de un comunicado, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció el martes que había sancionado a más de una docena de personas y empresas iraníes con sede en Hong Kong y los Emiratos Árabes Unidos.
El gobierno de Estados Unidos alega que los ciudadanos iraníes Alireza Derakhshan y Arash Estaki Alivand, ambos en la nueva lista de sanciones, facilitaron la compra de criptomonedas por valor de 100 millones de dólares para las ventas de petróleo para el gobierno iraní.
Ambos partes usaron una red de empresas fantasma en varios países para transferir los fondos de criptomonedas.
Según el ente estadounidense, las llamadas redes de “banca en la sombra” evaden las sanciones a través de empresas fantasma fachada en el extranjero y criptomonedas.
El pasado febrero de 2025, la Administración de Trump impuso la primera tanda de sanciones contra una red a la que acusa de facilitar el traslado del petróleo iraní a China. Tras su llegada al poder, Trump restableció su llamada campaña de “máxima presión” contra Irán, con miras a lo que llamó evitar que la República desarrolle “un arma nuclear”.
El inquilino de la Casa Blanca buscó en su primer mandato “reducir a cero” las exportaciones de petróleo iraní, pero nunca alcanzó su objetivo, tal como han confirmado las autoridades iraníes y los propios funcionarios del anterior Gobierno de Trump.
A pesar de las presiones de EE.UU., las cifras del Gobierno iraní y los informes de servicios internacionales de seguimiento de petroleros muestran un aumento constante en las exportaciones de petróleo iraní en los últimos meses, con estimaciones que sugieren que el país está exportando actualmente un promedio de 1.8 millones de barriles diarios de petróleo, principalmente a refinadores privados en China.
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