A través de un comunicado difundido el domingo, el magnate republicano arremetió contra el inquilino demócrata de la Casa Blanca por también los problemas irresueltos del país norteamericano.
“Es hora de que Joe Biden, desacreditado, renuncie por permitir lo que sucedió en Afganistán, pero también por el vertiginoso ascenso del COVID, el desastre en la frontera, la supresión de nuestra independencia energética y la parálisis de nuestra economía”, criticó Trump.
El exmandatario ironizó que la dimisión de Biden no sería difícil ya que, a su juicio, él no fue elegido legítimamente y afirmó que la situación en Afganistán durante su mandato supone “una de las peores derrotas” que el país norteamericano ha experimentado durante décadas. “Lo que hizo Joe Biden con Afganistán es legendario. Será una de las mayores derrotas en la historia de Estados Unidos”, sentenció.
Por su parte, Biden, en otro comunicado emitido el mismo día, argumentó que es heredero de un acuerdo cerrado por su predecesor que hizo más fuerte militarmente a los insurgentes talibanes.
Dijo que él tenía dos opciones sobre la presencia militar de EE.UU. en Afganistán: sacar de manera segura a los militares de EE.UU. y sus aliados de este país, o reforzar su presencia militar. Agregó que fue el cuarto presidente en presidir una presencia de tropas estadounidenses en Afganistán, pero optó por no pasar “esta guerra” a un quinto.
Trump responsabiliza a su sucesor de la situación en Afganistán mientras él mismo alcanzó en febrero de 2020 un acuerdo con el grupo Talibán que comprometía a Washington a retirar sus tropas para el 1 de mayo de 2021 a cambio de garantías de seguridad de parte del grupo y un compromiso de reducir la violencia y promover un diálogo de paz.
Los talibanes lograron capturar el domingo Kabul, la capital afgana, en solo cuatro horas, mientras que los militares estadounidenses fueron advertidos de que, en caso de intervención, serían completamente destruidos.
El colapso de Afganistán ha ocurrido poco después de que las fuerzas de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que invadieron Afganistán en 2001, se preparaban concluir el 31 de agosto su retirada, entregando todas sus bases militares a los afganos.
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