• Rick Bright, exlíder del programa de vacunas del Departamento de Salud de EE.UU.
Publicada: jueves, 23 de abril de 2020 1:21
Actualizada: jueves, 23 de abril de 2020 7:30

El presidente de EE.UU. despide al líder del programa de vacunas del Departamento de Salud por contradecirle sobre uso de principio activo contra la COVID-19.

Rick Bright, un médico de alto nivel del Gobierno de EE.UU. que ha estado trabajando en la búsqueda de una vacuna contra el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, ha sido destituido de su cargo esta semana por oponerse a la propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump, de usar la no probada hidroxicloroquina como tratamiento para atajar al virus.

“Específicamente, y en contra de directrices equivocadas, limité el amplio uso de la cloroquina y la hidroxicloroquina, promovido por la Administración como una panacea, pero que claramente carece de mérito científico”, escribió Bright en un comunicado a la corresponsal en la Casa Blanca del New York Times.

Bright agregó que ya había advertido que estas sustancias se suministran solo a pacientes hospitalizados con la COVID-19, bajo la supervisión de un médico, además de que entrañan riesgos potencialmente graves, incluido el aumento de la mortalidad observado en algunos estudios recientes en pacientes con coronavirus.

 

Hace unas semanas, Trump defendió ferviente y repetidamente el uso de la hidroxicloroquina, principio activo prescrito contra la malaria, el lupus y la artritis, para tratar el coronavirus pese a la ausencia de pruebas concluyentes sobre su eficacia, lo que provocó una pelea dentro del grupo de la Casa Blanca que lucha contra la pandemia.

La gestión y las medidas de la Casa Blanca ante la COVID-19 han recibido una ola de críticas dentro del país norteamericano. Varios funcionarios locales reprueban la gestión del mandatario por minimizar la crisis desde el principio y anteponer sus negocios a la salud de los ciudadanos.

La pandemia del nuevo coronavirus sigue propagándose muy rápido en el mundo, y ha infectado, hasta el momento, a casi 2 634 529 personas. EE.UU., por la negligencia de su Gobierno, con más de 848 000 casos diagnosticados y 47 639 muertes, se ha convertido en el epicentro de la enfermedad.

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