Desde la Casa Blanca, los líderes de Estados Unidos y la UE encendieron la pipa de la paz. El presidente estadounidense, Donald Trump, y el jefe de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, dieron a conocer un pacto de 4 puntos para rebajar las tensiones comerciales. El acuerdo principal es que las partes trabajarán para conseguir un escenario de “cero aranceles”.
Sin embargo, el acuerdo fue conseguido después de que el bloque europeo otorgara concesiones a Washington. Bruselas aceptó incrementar las importaciones de gas natural licuado (GNL) procedente de Estados Unidos y aumentar las importaciones de soja.
Ambos lados acordaron lanzar un diálogo sobre “estándares” para facilitar el comercio, reducir los obstáculos burocráticos y recortar los costes. Asimismo, se comprometieron a “unir fuerzas” para proteger a sus empresas de “prácticas comerciales desleales” en todo el mundo.
En marzo pasado, Trump libró una guerra comercial contra la UE poniendo aranceles de entre el 10 y el 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio, bajo el polémico argumento de defender la seguridad nacional de su país. En represalia, el bloque europeo adoptó una medida recíproca.
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