“Fue vergonzoso ver la desorganización, la improvisación y, para ser francos, la total incompetencia del sector del Ejército que sufrió la infiltración”, ha dicho esta semana el demócrata Adam Smith, legislador de California (suroeste) en la Cámara de Representantes de EE.UU., en una sesión sobre un hackeo reciente sufrido por el estamento militar estadounidense.
Ocurrió el jueves, en una audiencia de responsables militares de la Administración presidida por Trump ante la Comisión para las Fuerzas Armadas de la Cámara, de la que ha informado este domingo el diario de Washington DC The Hill, tras salir a la luz a principios de mes un robo de datos muy confidenciales sobre guerra submarina.
Tras el incidente, está corriendo la voz de alarma entre los altos funcionarios estadounidenses sobre supuestos robos sistemáticos —que Pekín niega— de propiedad intelectual y tecnología del país norteamericano, tanto mediante ciberataques como por otros medios.
Smith manifestó en la audiencia su perplejidad ante la incapacidad de Washington para elaborar una normativa que “proteja nuestros bienes, en particular para los contratistas de defensa con los que trabajamos que almacenan nuestros datos, pero no con la protección adecuada”.
Por su parte, el republicano James Langevin, de Rhode Island (noreste), confirmó el incidente al periódico mencionado, así como que los congresistas habían sido puestos al corriente, pero no dio más detalles, aparte de informar de encuentros con responsables del Departamento de Defensa (el Pentágono) “para entender quién sufrió la infiltración y a qué se accedió”.
Fue vergonzoso ver la desorganización, la improvisación y, para ser francos, la total incompetencia del sector del Ejército que sufrió la infiltración”, dijo el congresista demócrata Adam Smith, de California (suroeste de EE.UU.), sobre el supuesto robo de tecnología militar estadounidense por China.
Langevin admitió que la Administración estadounidense no se toma lo suficientemente en serio las vulnerabilidades de su cadena logística militar, pero aseguró que él mismo exigiría que se preste atención a la cuestión y se refuerce la protección de sus redes informáticas.
Responsables estadounidenses habían alertado ya semanas antes del hackeo de junio del progreso efectuado por las Fuerzas Armadas chinas en materia de tecnología submarina, atribuyéndolo también al espionaje industrial militar de Pekín.
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