El presidente de EE.UU., Donald Trump, culpó a los demócratas de la separación de niños inmigrantes de sus familias en la frontera; el procurador general defendió esta política.
Críticos continuaron denunciando, hasta que la Organización de las Unidas (ONU) por fin se pronunció condenando este procedimiento como una violación a los derechos humanos de los niños.
Las caravanas de migrantes provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador experimentan altos niveles de violencia y los niños son víctimas de las pandillas según testimonios de estas familias. Huir de sus países es una opción para salvar sus vidas, por ello se pide la intervención de la ONU.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) estadounidense está llevando a estos padres a cárceles con criminales por falta de espacios en la frontera. Mientras que los menores permanecen en centros de internamiento de refugiados.
El portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) William Spindler, dijo que proteger la unidad de la familia es un derecho fundamental de los refugiados, y todos los inmigrantes indocumentados deben ser escuchados para que puedan solicitar protección internacional.
Rosie Orbach, Los Ángeles.
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