El Gobierno noruego ha aprobado la presencia en su territorio de aproximadamente 400 infantes adicionales de la Marina de EE.UU., informó ayer martes el Ministerio de Defensa del país.
En virtud de la decisión se prolongará por cinco años el programa de cooperación militar noruego-estadounidense, además de duplicarse el número de infantes de marina de EE.UU., pasando de los 330 actuales a setecientos.
Según el Ministerio de Defensa noruego, el nuevo contingente de marines de EE.UU. se desplegará en Setermoen, municipio de la provincia ártica de Troms, cerca de la frontera con Rusia.
El portavoz del Pentágono, Eric Pahon, ha expresado la satisfacción del Departamento de Defensa de Estados Unidos con el anuncio noruego, y ha dicho que el entrenamiento rotatorio permite a los marines estadounidenses “participar en entrenamientos de guerra montañosa y invernal de clase mundial”, y que “fortalecerá el vínculo del Ejército estadounidense con los militares noruegos” para responder en tiempos de crisis.
En enero de 2017, Washington envió un contingente de rotación de 330 marines estadounidenses a la base aérea de Vaernes, en medio de tensiones crecientes con Rusia, tras la crisis de Ucrania y la anexión de Crimea en 2014.
Noruega comparte 196 kilómetros de frontera con Rusia. El nuevo despliegue de Setermoen llevará infantes de marina estadounidenses a unos 400 kilómetros de esa linde.
Las autoridades rusas han protestado en el pasado por la decisión de Noruega de albergar marines estadounidenses. Un político ruso ha llamado a evitar toda presencia de tropas estadounidenses a 1500 kilómetros de la frontera de su país, indicando que lo contrario haría que Noruega sea posible blanco del Ejército ruso.
EE.UU. también utiliza instalaciones dentro de cuevas noruegas para almacenar tanques y otras armas pesadas que podrían usarse en caso de crisis entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia.
Moscú ha expresado en retiradas ocasiones su preocupación por la acumulación, por parte de EE.UU. y la OTAN, de tropas y equipamiento militar a lo largo de sus fronteras occidentales, expansión que considera “verdaderamente agresiva” y en la que ve una “provocación” que amenaza la seguridad de la región y del mundo.
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