Aumenta la presión al Gobierno estadounidense por parte de organizaciones defensoras del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que por segundo día consecutivo realizaron manifestaciones tendientes a persuadir a la Administración Trump a cambiar de opinión sobre su intención de eliminarla.
Además de la extensión, piden un camino a la residencia para cerca de 500.000 personas de varios países, quienes se verían afectadas si Trump cumple sus deseos de cancelar el programa.
Faltan pocos días para que Trump anuncie las decisiones, de manera escalonada en los casos de ciudadanos haitianos, hondureños y salvadoreños.
Los denominados soñadores, es otro sector de la inmigración indocumentada, golpeada por la decisión de Trump de eliminar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que los protegía de la deportación y que ahora el Congreso busca solucionar con un proyecto de ley que está siendo utilizada por Trump, como instrumento para lograr el presupuesto del muro fronterizo a cambio de aprobarla. El TPS no está lejos de correr la misma suerte.
El principio humanitario que originó la creación del TPS, parece haber perdido validez para el actual Ejecutivo. Por ello, los activistas apelan a resaltar su contribución económica a este país, para persuadir al Gobierno.
El activismo continúa su cabildeo, razón por la cual se postergó el inicio de una anticipada huelga de hambre.
Alfredo Miranda, Washington.
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