Cuatro fuerzas especiales han muerto y ocho comandos han resultado heridos este jueves en una explosión que ha tenido lugar en la base militar de Fort Bragg (Carolina de Norte, este de EE.UU.) durante unos ejercicios militares.
La base Fort Bragg es la sede del Comando de Operaciones Especiales del Ejército de Estados Unidos (USASOC, por sus siglas en inglés) y las fuerzas aerotransportadas, por lo que todas las víctimas eran uniformados altamente capacitados.
Esta base, considerada la más grande del mundo, cuenta con 57.000 militares, de los cuales 23.000 forman parte del USASOC.
Fuentes militares citadas confirman que la explosión se produjo durante entrenamientos enfocados en el desmantelamiento de artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés) debido a un problema técnico con un IED.
Quizás las grandes amenazas a nuestra seguridad nacional y nuestras Fuerzas Armadas son [accidentes] autoinfligidas”, ha dicho el senador estadounidense John McCain, jefe del Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos.
Este suceso tiene lugar apenas un día después de otro accidente similar en California (noroeste de EE.UU.), donde al menos 10 soldados resultaron heridos luego de que su vehículo de transporte anfibio estallara en llamas.
La frecuencia con la que mueren uniformados estadounidenses en accidentes y ejercicios militares ha empezado a preocupar a las autoridades, de modo que ya se han empezado a adoptar medidas para tratar de reducir las bajas.
La voz más crítica ha sido la del senador estadounidense John McCain, jefe del Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU., quien ha advertido que las muertes accidentales son la amenaza más seria a la seguridad nacional de Estados Unidos.
“Quizás las grandes amenazas a nuestra seguridad nacional y nuestras Fuerzas Armadas son [accidentes] autoinfligidas”, ha dicho McCain.
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