El general de brigada Ahmadreza Purdastan ha advertido hoy jueves que “los enemigos no han cesado su actitud hostil contra Irán”, pues ha recalcado la importancia de equiparse con las formas adecuadas para frenar las hostilidades.
“Hoy en día, Irán es blanco de una guerra suave y semidura por parte de los enemigos. Es necesario que la República Islámica refuerce su capacidad defensiva en un nivel correspondiente a las amenazas”, ha recalcado en un acto público.
En otro momento de sus declaraciones ha resaltado el poder militar de las Fuerzas Armadas del país persa y ha recordado su valentía durante los ocho años de guerra impuesta por el régimen del dictador iraquí Saddam Husein (22 de septiembre de 1980), apoyado financiera y militarmente por los países occidentales.
Hoy en día, Irán es blanco de una guerra suave y semidura por parte de los enemigos. Es necesario que la República Islámica refuerce su capacidad defensiva en un nivel correspondiente a las amenazas”, ha recalcado el general de brigada Ahmadreza Purdastan, subcomandante en jefe del Ejército de Irán.
“Fue la primera vez en el siglo XX que el Este y Oeste se aliaron para lanzar una guerra contra Irán. No obstante, las Fuerzas Armadas iraníes lograron resistir ante un Irak que gozaba del apoyo de las potencias arrogantes y los países radicales árabes de la zona que habían destinado la mayor parte de su presupuesto a comprar municiones para el Ejército iraquí”, ha mencionado.
Esta circunstancia, según ha apostillado el general Purdastan, tuvo lugar en un momento que los equipos terroristas del grupúsculo antiiraní Muyahedin Jalq (MKO, por sus siglas en inglés), intentaban perturbar la seguridad nacional del país persa y obstaculizar la formación de la República Islámica tras la victoria de la Revolución Islámica. De este modo, ha destacado los esfuerzos de las Fuerzas del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) a la hora de erradicar a los terroristas.
En los últimos años, Irán ha logrado amplios avances en el sector de la defensa, pese a las sanciones impuestas en su contra, y ha conseguido la autosuficiencia en la producción de equipos y sistemas militares esenciales para su sistema defensivo.
La República Islámica ha asegurado, en reiteradas ocasiones, que su doctrina defensiva se basa en la disuasión y su poderío militar no representa amenaza alguna para terceros países, en particular para sus vecinos.
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