Según ha informado este viernes el medio estatal norcoreano KCNA, Pyongyang ve como un “ensayo para la invasión” la serie intensificada de ejercicios que las fuerzas surcoreanas y estadounidenses llevan a cabo desde marzo, incluidos simulacros aéreos y marítimos que involucran un portaaviones de EE.UU. y bombarderos pesados.
“Su complot para aplastarnos militarmente es otra clara indicación de que la locura de los belicistas enemigos ha llegado a un punto en el que no se puede pasar por alto”, ha indicado el medio.
KCNA ha resaltado que Corea del Norte continuará desarrollando sus programas de armas, pues, “el frenético alboroto de la guerra nuclear entre Estados Unidos y los líderes bélicos títeres, desencadenará respuestas correspondientes”.
Pyongyang tiene el “derecho legítimo de un Estado soberano a tener medios de autodefensa más poderosos” para defenderse de “situaciones graves y amenazas potenciales”, ha sentenciado.
Corea del Norte declaró el 22 de abril que no renunciará a las armas nucleares frente a las advertencias del Grupo de los Siete [Alemania, Canadá, el Reino Unido, Francia, Italia y Japón] de “desmantelar completa e irreversiblemente” su arsenal nuclear.
La jefa de la Diplomacia norcoreana ha insistido en que Pyongyang seguirá con la política de reforzar sus capacidades militares de autodefensa para disuadir toda amenaza de Estados Unidos, cuya seguridad solo se verá garantizada, a su juicio, cuando erradiquen sus políticas hostiles contra el país asiático.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha reconocido abiertamente que el objetivo de su país es construir el mayor arsenal nuclear del mundo y “poseer la fuerza estratégica más poderosa del mundo” para proteger de manera confiable la dignidad y soberanía de su pueblo y Estado ante las amenazas y provocaciones de EE.UU. y Corea del Sur.
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