El martes, el destructor de misiles guiados USS Chafee de la Marina estadounidense navegó en aguas cercanas al archipiélago de las islas Xisha (también llamado Paracelso) en las aguas reivindicadas por Pekín en el mar de la China Meridional, provocando a las autoridades chinas.
Según anunció el miércoles el Ministerio chino de Defensa, una fragata de misiles guiados Huangshan, dos cazas J-11B y un helicóptero militar Z-8 fueron enviados para parar y obligar a la nave norteamericana a salir de la región.
“La Marina china responderá a las repetidas provocaciones de la estadounidense”, aseguró la Cartera china, urgiendo a Washington a “tomar medidas serias para corregir sus errores”.
Tal y como recogió la agencia oficial china de noticias Xinhua, el Ministerio aseguró que hará frente a las medidas provocativas de EE.UU. en el mar de la China Meridional.
La Marina china responderá a las repetidas provocaciones de la estadounidense”, asegura el Ministerio chino de Defensa, urgiendo a Washington a “tomar medidas serias para corregir sus errores”.
Este episodio sería el cuarto de este tipo desde la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump en enero pasado.
El mar del Sur de China, cuya totalidad reivindica China, es escenario de incesantes tensiones entre el gigante asiático y EE.UU. En los últimos años, Washington ha enviado varias veces sus buques de guerra a las proximidades de los islotes controlados por Pekín, so pretexto de defender “la libertad de navegación”.
No obstante, Pekín ha denunciado una y otra vez estas acciones “provocativas”, acusando a Washington de desestabilizar la zona, violar su soberanía y buscar dominar las aguas en cuestión.
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