Al cumplirse un año de haber sido detectado el primer caso de COVID-19 en Brasil, el director de Emergencia de la OMS, Mike Ryan, afirmó el viernes que el país enfrenta una tragedia de incalculables proporciones por la pandemia y una nueva oleada de casos y muertes.
“Lamentablemente lo que Brasil está enfrentando es una tragedia, ésta puede ser la cuarta onda (del COVID-19) que ese país está atravesando”, señaló Ryan.
Luego de advertir sobre la urgencia de controlar la transmisión de la enfermedad a nivel comunitario, el funcionario de la OMS enfatizó que no ha habido ningún punto del país que no se haya visto gravemente afectado por la pandemia.
La crisis sanitaria ha dejado al país en el limbo, mientras el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incluso, un año después del inicio de la pandemia, se niega a usar cubrebocas y critica la adaptación de restricciones impuestas por algunos gobiernos regionales para detener el brote de la enfermedad.
En esta línea, durante una intervención del jueves, Bolsonaro, que está siendo criticado por su inacción ante el coronavirus, recomendó a los ciudadanos a no utilizar mascarillas, citando a un supuesto estudio de una universidad no especificada en Alemania sobre el uso de las mascarillas en niños.
Bolsonaro es fuertemente criticado por sus sorprendentes declaraciones respecto a la pandemia y aunque, según las últimas cifras, Brasil acumula hasta la fecha más de 10 millones infectados y 252 mil fallecidos a causa de la enfermedad, el presidente ultraderechista dice que su país vive el “finalcito” de la crisis sanitaria global.
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