Patricia Hermosa, que fue presa política durante el régimen de facto de Jeanine Áñez durante un período de siete meses, relató el miércoles cómo sus derechos humanos se vieron vulnerados en el tiempo que estuvo bajo arresto policial y mientras estuvo en prisión preventiva en la cárcel de Obrajes, donde, como comentó en una entrevista concedida a la agencia rusa de noticias Sputnik, durante un mes no tenía ni siquiera derecho a ponerse los zapatos.
“Tuve un aborto espontáneo, no me prestaron atención médica, las únicas personas que dejaron ingresar fueron funcionarios del Ministerio de Justicia del gobierno de facto, que me querían hacer firmar una declaración a toda costa de que yo estaba bien de salud, incluso dejaron que ingresaran al mismo coronel que me detuvo y él decía: yo la veo bien”, manifestó Hermosa.
En lo tocante a las circunstancias en las que se produjo su arresto, la actual directora del Servicio General de Identificación Personal de Bolivia recordó que no existía ninguna orden oficial de aprehensión en su contra, para luego señalar que cuando la expresidenta interina ha sido detenida, dicho procedimiento se ha llevado a cabo en estricto cumplimento de los cauces legales.
Hermosa dio a conocer los lamentables hechos acerca de su persona después de que Áñez acusara el martes a la Justicia de Bolivia de violar sus derechos humanos. No obstante, cabe indicar que, tras la formulación de tal imputación, el presidente del Senado boliviano, Andrónico Rodríguez, reaccionó de inmediato y no solo rechazó tajantemente las acusaciones, sino que recalcó que los derechos humanos de la expresidenta de facto y de sus ministros no se han visto comprometidos bajo ningún concepto.
La Policía de Bolivia detuvo el pasado 13 de marzo a Áñez y a cuatro de sus colaboradores por sus vínculos con el golpe de Estado contra Morales en noviembre de 2019 y, de momento, se encuentra recluida en el Centro de Orientación Femenina de Obrajes.
La expresidenta de facto y sus exministros son blanco de un aluvión de críticas por orquestar el mencionado alzamiento y ordenar medidas que provocaron la muerte de decenas de civiles. Durante el mandato de Áñez, la Policía reprimió con armas y agentes químicos las protestas contra su gobierno.
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