El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) condena nuevamente los crímenes del Ejército y las autoridades de Myanmar contra la minoría musulmana rohingya.
El embajador de Francia ante la ONU, François Delattre, hacía referencia a varias fosas comunes con cuerpos de cientos de rohingyas, descubiertas en una pequeña aldea.
Estados Unidos, por su parte, condenó la inacción de la comunidad internacional ante los crímenes cometidos en Myanmar y aseguró que, dadas las circunstancias y las pruebas irrefutables de los crímenes, la continua negación de los hechos por el Gobierno birmano es absurda.
El CSNU pidió también la inmediata liberación de dos periodistas detenidos por autoridades birmanas por informar sobre el terreno de las atrocidades. Myanmar también niega su detención por informar. Dice que los reporteros recogían información clasificada.
Debido a la persecución, los abusos y las matanzas a los que son sometidos los integrantes de la comunidad rohingya desde finales de agosto de 2017, miles han muerto y más de 650 mil huyeron al país vecino, Bangladés.
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