El premier israelí, Benjamín Netanyahu, y su ministro de asuntos militares, Israel Katz, advirtieron el sábado de “represalias”, si la comunidad drusa en la ciudad de Jaramana, cerca de la capital siria, Damasco, era “perjudicada”, prometiendo “pleno apoyo” para ellos dentro de Siria.
Por su parte, Katz advirtió que la ciudad Jaramana, aproximadamente a 60 kilómetros de la frontera norte de la Palestina ocupada, está bajo ataques de las fuerzas de las nuevas autoridades sirias. Alertó que Israel no permitirá que “el régimen extremista de Siria dañe a los drusos. Si el régimen daña a los drusos, será atacado por nosotros”, subrayó.
Poco después de las amenazas, fuentes locales informaron haber oído explosiones en Jaramana, y un reportero del servicio de radiodifusión de la nueva administración siria afirmó que se estaban produciendo enfrentamientos en torno a la plaza Al-Karama de la ciudad.
Sin embargo, no quedó claro de inmediato, si la explosión había sido causada por los supuestos choques o había sido el resultado de un ataque organizado contra la ciudad.
El apoyo de Israel a la minoría drusa y los separatistas kurdos, la invasión israelí del sur y los ataques esporádicos a sitios militares sirios se consideran pasos hacia la ocupación israelí a largo plazo de Siria.
Para implementar su plan, el régimen israelí pretende establecer el control sobre la frontera oriental de Siria y dominar una amplia franja de territorio entre los altos del Golán ocupados y la zona del Éufrates —donde se encuentran los separatistas kurdos apoyados por Estados Unidos—.
Esta franja se llama “el Corredor de David” y desde hace muchos años el régimen ha intentado crearla para impedir supuestamente la influencia de Turquía e Irán en Siria.
El sábado, el periódico Israel Hayom reveló que Israel celebró una reunión secreta para discutir la división de Siria en cantones y crear estados para los kurdos, drusos, alauitas, y los árabes suníes, con el fin de garantizar seguridad de fronteras norteñas de la Palestina ocupada.
Desde la caída del gobierno de Bashar al-Asad en Siria en diciembre pasado, Israel ha acelerado la implementación de sus planes ambiciosos en este país. Ha ampliado su ocupación de los altos del Golán, al apoderarse de la zona de contención desmilitarizada, en una acción que viola el Acuerdo de Desconexión de 1974 con Siria y ha intensificado los bombardeos contra posiciones militares sirias.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), la Liga Árabe y muchos países de la región han exigido a Israel retirarse del territorio sirio y poner fin a las agresiones en este país.
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