Los tres últimos ejecutados son todos saudíes y habían sido condenados por asesinatos llevados a cabo en su entorno familiar, según ha informado este miércoles la agencia oficial de noticias saudí.
El anuncio coincide con la visita del primer ministro británico, Boris Johnson, quien es cuestionado por visitar Arabia Saudí, país criticado por las masivas ejecuciones y la injusticia en su sistema judicial, entre otros.
El sábado, el Ministerio saudí del Interior anunció la ejecución de 81 personas, condenadas por varios delitos, entre ellos el asesinato de hombres, mujeres y niños, atacar a funcionarios del reino árabe y colocar minas terrestres contra vehículos policiales. Hasta 41 de las víctimas procedían de Al-Qatif, en la provincia Oriental, de mayoría chií.
La ejecución en Arabia Saudí ha provocado una masiva ola de condena de varios grupos islámicos, pro derechos humanos y opositores saudíes, pues denuncian que la mayoría de los ejecutados había sido encarcelada solo por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
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