El diario británico Telegraph anunció el lunes la detención de un funcionario saudí después de que informara de operaciones de contrabando de drogas que las autoridades del reino árabe han realizado bajo la cobertura de los rituales del Hach.
El agente, identificado como Turki bin Hamza al-Rashidi, que trabajaba en la Oficina Antidrogas de Arabia Saudí, afirmó que una red de poderosas personas cercanas al régimen de Al Saud se ha hecho con “miles de millones de dólares” a través del envío de drogas a Arabia Saudí por vías diversas.
¿Cuántas personas están involucradas? ¿Cuántos conductores son necesarios para estos 2000 autobuses? ¿Cuántas granjas se necesitan para almacenar esa cantidad de drogas? ¿Cuántos bancos se necesitan para lavar todo este dinero?”, se preguntó Turki bin Hamza al-Rashidi, exagente de seguridad saudí.
En una serie de mensajes en Youtube, Al-Rashidi explicó que uno de sus métodos fue la “estafa de autobuses gemelos”: Al principio, un “autobús limpio”, que trasladaba a peregrinos a la ciudad sagrada de La Meca para realizar el Hach, entrababa en la aduana para lograr los certificados necesarios que posteriormente se utilizaban para permitir la entrada de otro “bus sucio”, cargado de drogas.
Para evitar ser detectados, todos los autobuses eran parecidos desde todos los aspectos, incluso en cuanto a la tela de los asientos. Los conductores, apostilló, utilizaban pasaportes falsificados y nombres falsos.
Al-Rashidi afirmó que la estafa se lleva realizando durante décadas, con cientos de autobuses que hacen miles de viajes. Además, señaló que el dinero de la droga entra en el sistema financiero saudí bajo el pretexto de ingresos legítimos derivados de la peregrinación.
“¿Cuántas personas están involucradas? ¿Cuántos conductores son necesarios para estos 2000 autobuses? ¿Cuántas granjas se necesitan para almacenar esa cantidad de drogas? ¿Cuántos bancos se necesitan para lavar todo este dinero?”, se preguntó en un video.
Asimismo, continuó diciendo que descubrió pruebas que confirmaban el papel de ciertos altos funcionarios en la “estafa del autobús”, pero cuando intentó iniciar las investigaciones no solo tuvo que hacer frente a una campaña de intimidación, sino que fue trasladado a la frontera norteña de Arabia Saudí.
“La operación se lleva realizando los últimos 30 años, pero durante todo ese tiempo solo yo pude descubrir su secreto, por eso estoy seguro de que me van a asesinar”, concluyó Al-Rashidi.
msm/anz/hnb