Un total de 2302 menores fueron asesinados y 5047 resultaron heridos, entre el 1 de septiembre de 2010 y el 31 de diciembre de 2014, según el último informe anual de la ONU publicado este sábado.
Estas tasas de tan altas de muertos muestran que los niños se están llevando la peor parte del conflicto y, desafortunadamente, esta tendencia continúa por el deterioro de la seguridad en 2015, lamentó Leila Zerrougui.
De esa cifra, 2502 niños murieron o resultaron heridos solamente en 2014, por lo que es el peor año registrado en el país centroasiático, desde que comenzó el monitoreo en julio de 2007.
“Estas tasas tan altas de muertos muestran que los niños se están llevando la peor parte del conflicto y, desafortunadamente, esta tendencia continúa por el deterioro de la seguridad en 2015”, ha lamentado la representante especial de la ONU para los Niños y los Conflictos Armados, Leila Zerrougui.
Zerrougui ha expresado su preocupación por la situación de los menores en ese país, y ha declarado que la utilización de niños para cometer actos suicidas, entre otros, puede ser condenado como una violación flagrante del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos.
En el informe de 18 páginas, la ONU ha instado a todas las partes a “continuar revisando las tácticas y los procedimientos” para evitar la muerte de civiles.
El pasado 18 de febrero, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) informó del aumento de víctimas civiles por la escalada de violencia en este territorio.
El grupo Talibán ha intensificado recientemente su ofensiva, sobre todo en contra del Ejército y del Gobierno del país centroasiático.
En 2001, Estados Unidos invadió Afganistán so pretexto de combatir a los insurgentes de esta banda extremista, pero, lejos de lograr su objetivo, lo que ha provocado es la muerte de un número considerable de civiles.
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