“La Fuerza Aérea, con la ayuda y la gracia de Dios, pudo llevar a cabo una operación masiva esta tarde contra Jamis Mushait y Najran, con una gran cantidad de aviones no tripulados Qasef-2K”, ha precisado este viernes el portavoz del Ejército de Yemen, el teniente general Yahya Sari, en su cuenta en Twitter.
El vocero militar ha explicado que, en esta operación, se ha apuntado, con alta precisión, a la sala de operaciones y control del aeropuerto de Najran, depósitos de armas y hangares en la base aérea Rey Jalid, en la ciudad de Jamis Mushait, así como a otros objetivos militares.
El jueves, las fuerzas yemeníes prometieron atacar “instituciones militares y soberanas” saudíes, en respuesta a los bombardeos del miércoles y jueves de la coalición agresora liderada por Riad sobre varias provincias yemeníes, incluida Saná, la capital.
“Mientras continúen la agresión y el bloqueo contra Yemen, todas las instalaciones militares y gubernamentales de Arabia Saudí se consideran blancos legítimos” de las fuerzas yemeníes, declaró el general Sari.
Riad esperaba, con el apoyo de EE.UU., los Emiratos Árabes Unidos (EAU), y Egipto, poner fin a su intervención en Yemen —iniciada en marzo de 2015— en cuestión de semanas o meses. No obstante, los combates no solo siguieron, sino que se volvieron más intensos, y pusieron en evidencia la fragilidad de Arabia Saudí en esta guerra.
A pesar de que el régimen saudí tiene uno de los ejércitos más grandes y caros del mundo, Yemen ha podido resistir y desarrollar sus capacidades militares de manera que lanza ataques de represalia contra objetivos militares y vitales de Arabia Saudí y sus aliados.
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