La coalición de derecha autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) mediante un comunicado reaccionó el domingo al ataque perpetrado la madrugada de esa misma jornada por una veintena de paramilitares contra el fuerte militar de Paramacay, en la ciudad de Valencia, sita en el estado norteño de Carabobo, lo cual según esa alianza mostró la gravedad de la crisis que vive el país.
“La crisis que ha visto nuestro país en las calles y hogares hoy se manifestó expresa y públicamente en los cuarteles de nuestra Fuerza Armada Nacional. No podemos ignorar la gravedad e importancia de este momento histórico”, se lee en el documento.
En esta misma línea la agrupación opositora advierte de que si el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sigue con su camino de “represión” y no escucha las demandas del pueblo que está luchado “por una salida constitucional, pacífica y electoral” de la crítica situación que vive el país desde más de cuatro meses, esa crisis devendrá en un “conflicto de mayor envergadura”.
“Es necesario detener el avance hacia el abismo en que insiste conducirnos el régimen”, sigue el comunicado.
La crisis que ha visto nuestro país en las calles y hogares hoy se manifestó expresa y públicamente en los cuarteles de nuestra Fuerza Armada Nacional. No podemos ignorar la gravedad e importancia de este momento histórico”, se lee en el documento de la coalición de derecha autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Vuelve a criticar a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) recién instalada en el país, la que según MUD ha costado mucho a Venezuela, refiriéndose así a la suspensión del Mercado Común del Sur (Mercosur) y “el conflicto armado en uno de los principales fuertes militares del país”.
Eso mientras el Gobierno de Caracas descarta que el ataque sea un “Golpe de Estado” y mucho menos un “alzamiento militar” ya que la mayoría de los individuos involucrados en el ataque fueron “mercenarios” vestidos como militares y “posiblemente comandados por el excapitán de la Guarda Nacional Bolivariana (GNB) Juan Carlos Caguaripano, quien desertó del cuerpo castrense en 2014 por estar involucrado en intentos fallidos de sublevación”.
El chavismo además denuncia que el ataque es un complot de la oposición, financiado desde EE.UU., para desencadenar una guerra mediática y mostrar dividida a la Fuerza Armada del país bolivariano.
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