“Seguiremos luchando contra los terroristas (milicianos kurdos) desplegados en el norte de Siria. Ankara tiene que hacer frente a las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) y a los combatientes del Partido de la Unión Democrática (PYD, por sus siglas en kurdo) en el país árabe”, ha dicho Erdogan.
Denunciando la cooperación entre Washington y los grupos armados kurdos, Erdogan ha recordado que EE.UU. ha proporcionado miles de camiones llenos de armas a las milicias de etnia kurda que operan en Siria.
Según varios expertos, estas milicias cuentan con al menos 50.000 combatientes para ocupar el norte Siria, lo que complicaría la guerra entre el Ejército de Turquía y esos grupos.
Turquía ha llamado a EE.UU. a poner fin a su apoyo a los combatientes de las YPG y cooperar con las tropas árabes para arrebatar el norte de Siria a los terroristas de EIIL (Daesh, en árabe), pero Washington insiste en que los combatientes kurdos están preparados para los campos de batalla.
Seguiremos luchando contra los terroristas (milicianos kurdos) desplegados en el norte de Siria. Ankara tiene que hacer frente a las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) y a los combatientes del Partido de la Unión Democrática (PYD, por sus siglas en kurdo) en el país árabe”, dice el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Damasco considera ‘inaceptable’ la intervención militar turca y el apoyo militar de EE.UU. en su territorio a los insurgentes, y reitera que la presencia no oficial de cualquier fuerza extranjera obstaculizará el proceso de paz.
Por su parte, Macron ha denunciado la mala situación de Turquía en cuestión de libertades y ha defendido ante su homólogo turco que la libertad de expresión “es un bloque y no se divide”, y que representa un pilar imprescindible del Estado de derecho.
“La libertad de expresión y de conciencia es un bloque, no se divide ni se deshace. Implica responsabilidades, porque ésas son las exigencias de la vida democrática”, ha declarado Macron.
El presidente de Francia ha reconocido asimismo los “desacuerdos” entre ambos Gobiernos en cuestión de derechos individuales, aunque ha defendido el buen entendimiento bilateral en otros aspectos, como la lucha contra el terrorismo.
Desde el fallido golpe de Estado de 2016, Ankara ha detenido a más de 113.000 sospechosos de mantener vínculos con el opositor turco Fethulá Gülen.
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