“A los líderes sirios solo les gustaría cooperar con Rusia (...) en la reconstrucción de todas las instalaciones de energía del país”, ha declarado este lunes el vice primer ministro de Rusia, Dmitri Rogozin, después de mantener conversaciones con el presidente sirio, Bashar al-Asad.
Una semana después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó que “una parte significativa” del contingente militar ruso en Siria comenzara a retirarse tras haber acabado en gran parte con sus tareas antiterroristas, Rogozin muestra así cómo Moscú espera poder participar en la economía de Siria tras seis años de la sangrienta crisis.
“El señor presidente Bashar al-Asad dijo hoy que Siria no desea trabajar con compañías de países que traicionaron a Siria en un momento determinado”, ha afirmado.
El señor presidente Bashar al-Asad dijo hoy que Siria no desea trabajar con compañías de países que traicionaron a Siria en un momento determinado”, declara el vice primer ministro de Rusia, Dmitri Rogozin.
Rogozin ha anunciado además que Rusia y Siria crearán una empresa conjunta para explotar un depósito de fosfatos sirios, y Moscú planea usar los puertos marítimos sirios para importar grano ruso a Siria y otros países como Irak, según la agencia rusa de noticias Interfax.
“Estos son acuerdos muy importantes que nos permitirán ganar esta guerra”, ha opinado Rogozin.
Rusia ha dado por “cumplida” la misión de las tropas rusas estacionadas en Siria y anunciado que “el territorio sirio ya está liberado completamente de los integrantes de la organización terrorista” EIIL (Daesh, en árabe).
El Gobierno de Damasco ha contado con el apoyo de aliados como Rusia, Irán y China, que además de la lucha contra el terrorismo, han expresado su deseo de ayudar a reconstruir el país árabe, sobre todo en la economía.
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