Un portavoz del ejército israelí ha informado este sábado de que la aviación del régimen atacó dos tanques del Ejército sirio en la provincia de Al-Quneitra, en el suroeste, después de que una decena de proyectiles supuestamente fueran lanzados hacia los ocupados altos de Golán.
El portavoz también ha considerado “al régimen sirio como el último responsable de lo que está sucediendo en su territorio”.
Una fuente militar en los altos de Golán ha asegurado al portal sirio Al-Masdar News que el Ejército sirio no lanzó proyectiles, que solo es una excusa que usan constantemente las fuerzas israelíes para justificar sus ataques.
Según los analistas, el régimen de Israel ataca las posiciones del Ejército sirio y del Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) ―que luchan eficazmente contra los grupos terroristas― para establecer un equilibrio de poder en Siria, es decir, para ayudar a los terroristas, actualmente en retroceso.
Desde la aparición del terrorismo en Siria, el régimen de Tel Aviv, denunciado por Siria como uno de los patrocinadores de ese flagelo en el Oriente Medio, no ha escatimado esfuerzos para allanar el camino del derrocamiento del presidente Bashar al-Asad.
Con tal fin ha recurrido a un gran número de estrategias, por ejemplo: armar a los terroristas y atenderlos en sus hospitales.
Con absoluta hipocresía y total desvergüenza, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado recientemente: “No interferimos en este conflicto terriblemente sangriento. No obstante, proporcionamos ayuda humanitaria a niños y niñas heridos en el conflicto”.
El premier israelí hizo las declaraciones, después de que un informe publicado por el diario estadounidense The Wall Street Journal afirmara que Israel ha estado proporcionando ayuda secreta a los llamados ‘rebeldes’ sirios cerca de los altos de Golán durante años.
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