Según medios sirios, los aviones de guerra rusos comenzaron a lanzar ataques aéreos a primeras horas de este sábado cuando los camiones cisternas del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) partían de partes orientales de la provincia oriental de Homs rumbo a Al-Raqa, la “capital” de la organización.
Las incursiones lograron alcanzar una pequeña caravana petrolera de los terroristas que se dirigía en concreto al campo gasífero de Arak, provocando un fuerte estallido que se podía oír desde varios kilómetros de distancia.
Poco antes de estos ataques, los cazas rusos ya habían asestado un duro golpe a las filas de Daesh al destruir las posiciones de esta banda ultrarradical a lo largo de la carretera Sujana-Palmira.
Se afirma que en los ataque aéreos de esta jornada han muerto y resultado heridos un número indeterminado de los miembros de Daesh, que ha intensificado sus ofensivas en el este del país árabe en las últimas semanas.
Los ataques de este sábado coinciden con el reciente anuncio del Estado Mayor ruso de que comenzaría desde el viernes a reducir su contingente militar que participaba en la lucha contra los grupos terroristas en Siria.
El presidente ruso, Vladimir Putin, instruyó el repliegue de las tropas desplegadas en Siria al anunciar el pasado 29 de diciembre el acuerdo de tregua entre el Gobierno de Damasco y la oposición armada del país.
Sin embargo, dejó claro que Moscú “seguirá apoyando al legítimo Gobierno sirio (de Bashar al-Asad) en su lucha contra los terroristas” y mantendrá su presencia en el aeropuerto de Latakia y la base naval de Tartus, ambos en el oeste de Siria.
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