Las familias en Kafarya y Al-Fuah, en el campo de la provincia de Idlib, al noroeste de Siria, salieron a las calles en protesta a la crítica situación humanitaria debida al asfixiante bloqueo impuesto por las organizaciones terroristas, que confiscan las ayudas internacionales y matan, con sus agresiones, a inocentes.
Los manifestantes advirtieron de la grave situación en que se encuentran ambas localidades.
Los participantes en la manifestación solicitaron al nuevo Gobierno sirio intervenir para aliviar su sufrimiento y acelerar la entrega de ayudas humanitarias, en medio del silencio internacional, ya que las ayudas entregadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no satisfacen sus necesidades básicas, especialmente con la ausencia total de agua potable y de harina de trigo.
Los lugareños de ambas localidades denuncian las políticas de los países que apoyan al terrorismo, y el doble rasero en el trato con su crisis humanitaria. Exigen, de una vez por todas, una postura seria para evitar la muerte de más personas.
Los ciudadanos de Kafarya y Al-Fuah llamaron a la conciencia internacional para que escuchen su voz y vean su sufrimiento como seres humanos, lejos de cualquier consideración política.
Bashar Barazi, Damasco.
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