“El Estado y sus instituciones reformadas deben ejercer el derecho de controlar los medios de guerra”, se afirma en el borrador de la declaración final de las negociaciones de paz en Ginebra (Suiza), publicada este jueves.
Se trata de un documento con 12 puntos, sobre los cuales los participantes en las negociaciones de paz sobre Siria deberán llegar a una postura común, precisa el mediador de los diálogos.
Desde el 14 de marzo, Ginebra acoge una nueva ronda de negociaciones indirectas entre delegaciones del Gobierno de Damasco y la oposición, centradas en la reforma constitucional y las futuras elecciones, bajo la égida de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las partes en las negociaciones también coinciden en un Ejército nacional unido, al que podrán integrar los beligerantes y bandos que depusieron sus armas para apoyar la transición política, apostilla.
El Estado y sus instituciones reformadas deben ejercer el derecho de controlar los medios de guerra”, se afirma en el borrador de la declaración final de las negociaciones intersirias de Paz en Ginebra (Suiza).
En esta línea, rechaza cualquier presencia o intervención militar extranjera en Siria, al tiempo que urge a cesar el apoyo a los grupos, etiquetados de terroristas, que radican en suelo sirio.
“Siria pide a todos los países, de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), abstenerse de apoyar a los grupos terroristas con armas, dinero o formación ni proporcionándoles alojamiento, datos de inteligencia o vivienda, así como evitar incitar a actos terroristas”, subraya el borrador.
La nota también pide a la comunidad internacional secunde el proceso del arreglo político en Siria, de una manera que no vulnere la soberanía del país árabe.
De Mistura propone por otro lado que Siria permanezca “un Estado democrático y no sectario basado en el pluralismo social y político”.
Siria atraviesa un conflicto que ya ha cumplido cinco años, con un saldo de 270.000 muertos y varios millones de desplazados internos, según el último balance del denominado Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, la capital del Reino Unido.
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