• El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov.
Publicada: domingo, 18 de octubre de 2020 14:06

Rusia dice que no teme a las amenazas de corte sancionatorio de EE.UU. para impedirle cerrar pactos armamentísticos con Irán por estar acostumbrada a ellas.

Rusia no teme a las sanciones de EE.UU. porque se ha acostumbrado a ellas”, ha dicho este domingo el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, en alusión al fin del embargo de armas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre la República Islámica, que ha expirado este 18 de octubre.

Riabkov, en declaraciones a la agencia local de noticias TASS, ha sostenido que Rusia está desarrollando una cooperación multilateral con Irán en aras de mejorar sus relaciones bilaterales, unos lazos que incluyen, entre otros campos, los sectores tecnológico y militar.

“La cooperación” entre Moscú y Teherán “procederá según las necesidades de las partes y la disposición mutua a tal cooperación, de manera tranquila”, ha señalado.

Sus comentarios están en línea con lo expresado previamente por el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, que recordó que, a partir de este domingo, 18 de octubre, se cancela automáticamente el embargo de armas que pesa contra la República Islámica, conforme a la Resolución 2231 del CSNU y el acuerdo nuclear, suscrito en 2015 por Teherán y el Grupo 5+1 —entonces conformado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania—.

 

Un pacto multilateral del cual, en mayo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, retiró de forma unilateral a EE.UU., para luego reimponer una serie de asfixiantes y draconianas sanciones sobre Irán con la vana esperanza de poder renegociar el programa de energía nuclear iraní.

Desde entonces, Washington ha tratado de impedir que cualquier medida restrictiva que se venía aplicando contra Irán por su programa nuclear no fuera levantada a pesar de que la Resolución 2231 del CSNU, que validó en julio de 2015 el acuerdo internacional sobre el tema nuclear iraní, recogía, entre otras consideraciones, que el embargo que prohíbe la venta de armas y equipamiento militar a Irán debe expirar este 18 de octubre.

La Casa Blanca, en consecuencia, dándose cuenta de que ningún otro actor internacional la iba a seguir secundando en sus medidas unilaterales e ilegales contra Irán, decidió recurrir a lo que mejor sabe hacer, es decir, a amenazar con imponer sanciones a cualquier país que quiera entablar conversaciones con Teherán con el fin último de rubricar un documento para la compra-venta de armas entre ambas partes.

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