De acuerdo con un informe publicado el martes en el portal de la red de noticias británica Reuters, Rusia de la mano del presidente Vladimir Putin avanza a pasos agigantados en el Ártico desde 1991, año que cayó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y, en algunas áreas, ha aumentado su capacidad militar en comparación con la que tuvo durante la Unión Soviética.
Tres décadas después de que el rompehielos nuclear Lenin – tesoro de la URSS— pasara a un museo de la Guerra Fría, Moscú apura el paso y está construyendo nuevos rompehielos nucleares y modernizando vetustas bases en la disputada zona fría.
El Kremlin con esta medida, evalúa Reuters, intenta mostrar el poderío armamentístico ruso a sus rivales tradicionales en la zona (Canadá, Estados Unidos y Noruega) y al nuevo jugador, China.
Como señala la agencia de noticias, Putin quiere reforzar el Ártico y ha ordenado reabrir abandonadas bases militares soviéticas, bases aéreas y de radares en las remotas islas árticas, y también construir nuevas. De esta forma avanza con una reclamación de casi medio millón de millas cuadradas del Ártico.
Actualmente, Rusia está construyendo tres rompehielos nucleares, incluyendo al más grande del mundo, para reforzar su flota de alrededor de 40 rompedores, seis de los cuales son nucleares. Ningún otro país en el mundo tiene una flota nuclear, utilizada para limpiar canales para buques militares y civiles.
"La historia se repite (...) En aquel entonces (en la década de 1950) era el apogeo de la Guerra Fría y Estados Unidos lideraba en algunas áreas, pero vencimos a los estadounidenses y construimos la primera nave nuclear del mundo (Lenin)", dijo a un reciente grupo de viaje Vladimir Blinov, un guía a bordo del rompehielos Lenin, que lleva el nombre del comunista revolucionario Vladimir Lenin.
“Bajo el mando de (Mijail) Gobachov y (Boris) Yeltsin, nuestras fronteras árticas fueron despojadas”, sostiene el profesor Pavel Makarevich, miembro de la Sociedad Geográfica Rusa. “Ahora están siendo restauradas”, agregó.
Entre tanto, EE.UU. ve con cierto temor el repotenciamiento ruso en la zona del Polo Norte. El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, dijo que Washington "debe ser capaz de oponerse" a Moscú llegado el caso y de defenderse si sus intereses se ven amenazados.
Por lo pronto, unos 300 marines de Estados Unidos llegaron a finales de enero a Noruega para permanecer seis meses. Se trata del primer despliegue de tropas extranjeras en esta zona desde la Segunda Guerra Mundial. Rusia lo ve como amenaza por acercarse a sus fronteras.
Además, la expansión rusa en el Ártico tiene amplias connotaciones financieras y geopolíticas, pues la zona helada alberga un estimado de reservas de petróleo y gas equivalentes a 412.000 millones de barriles de petróleo, aproximadamente el 22 por ciento del petróleo y el gas que aún no se han descubierto en el mundo.
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