Según el Ministerio ruso de Defensa, en las maniobras han participado alrededor de 100 efectivos rusos y 20 unidades de misiles, incluidos sistemas de misiles tácticos Iskander-M de corto alcance.
Los ejercicios se han realizado en la ciudad rusa de Luga, cerca de Estonia, país que en 2004 se convirtió en miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Durante los ejercicios, se han comprobado las habilidades de toma de decisión por parte de los militares, así como su capacidad para trabajar con los Iskander-M, con un alcance de casi 500 kilómetros. El Ejército ruso asegura que no se ha hecho ningún disparo con fuego real, solo cálculos.
La presencia en la zona de los sistemas Iskander —capaces de equiparse con un arma convencional o con una cabeza nuclear— ha provocado temor entre los vecinos noroccidentales de Rusia, considerándolo como una amenaza para su seguridad.
Las tensiones entre Moscú y los países occidentales siguen aumentando desde que la Alianza Atlántica decidió acercarse militarmente a las fronteras de Rusia y militarizar el mar Báltico. Lo hizo, en un principio, en respuesta a la adhesión de la península Crimea a la Federación Rusa, tras lo cual Siria se ha convertido en otro punto de discrepancia entre las partes.
Rusia, por su parte, ha aumentado sus fuerzas, en especial las de su Distrito Militar Sur, y actualmente está realizando el mayor despliegue militar en Siria para hacer frente a los terroristas que operan en el país árabe. Estados Unidos ve tal refuerzo con “preocupación”, ya que ha convertido al Kremlin en una de sus principales amenazas.
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