Un operativo de Inteligencia, que contó con la cooperación de los ciudadanos, llevó a la identificación y la posterior detención de “varios alborotadores e incitadores a la violencia en los recientes disturbios”, se lee en la nota y agrega que continúa la búsqueda para el arresto de otras personas.
El comunicado lamenta que las concentraciones de protesta que comenzaron de manera pacífica se hayan vuelto violentas debido a la participación de “varios individuos sospechosos y belicosos, que causaron daños materiales y lesiones a algunos ciudadanos, además de destruir la propiedad pública”.
El Ministerio de Inteligencia iraní agradece a los ciudadanos que se han alejado de los infractores del orden público, y pide a la nación seguir colaborando con los funcionarios para detener a los agresores y restablecer la calma en todo el país.
Desde hace unos días, diferentes ciudades de Irán han sido escenarios de protestas pacíficas —por el desempleo y los elevados precios de los productos de primera necesidad— y en algunos casos han terminado en actos de violencia.
En algunas ciudades, las protestas fueron protagonizadas por personas que perdieron sus ahorros depositados en instituciones financieras en bancarrota, declaradas ilegales por el Gobierno.
El presidente iraní, Hasan Rohani, ha defendido el derecho del pueblo a expresar su opinión, pero sin violencia. El ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, por su parte, ha advertido que “quienes dañen la propiedad pública, violen la ley y el orden, o provoquen disturbios son responsables de sus actos y deben pagar el precio”.
Las autoridades iraníes han denunciado la “injerencia foránea” en los asuntos internos del país después de que varios Estados, incluido EE.UU., hayan promovido las protestas. Figuras políticas de Irán han llamado a la unidad nacional ante los complots de los enemigos.
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