“Desmentimos la información que ha salido hoy sobre la ruptura de relaciones diplomáticas entre Irán y Kuwait”, ha dicho este martes una fuente del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores a los medios locales.
“Desmentimos la información que ha salido hoy sobre la ruptura de relaciones diplomáticas entre Irán y Kuwait”, ha recalcado una fuente del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores.
La Cancillería de Kuwait ha llamado este mismo martes a consultas a su embajador en Irán en relación con los incidentes que se produjeron la noche del sábado durante las protestas de ciudadanos iraníes frente a las legaciones diplomáticas saudíes en el país persa por la ejecución en Arabia Saudí del prominente clérigo chií el sheij Nimr Baqer al-Nimr.
El embajador kuwaití regresó a su país solo para realizar consultas, asegura la fuente, e insiste en que “las relaciones diplomáticas entre Irán y Kuwait continúan como antes”.
Para el diplomático iraní, que ha preferido permanecer en el anonimato, los reportes al respecto no pasan de ser “un mero escenario mediático”.
Los manifestantes iraníes penetraron en el Consulado de Arabia Saudí en Mashhad (noreste) y, además, se reportó un ataque incendiario contra la embajada del país árabe en Teherán, capital persa. No obstante, las autoridades iraníes han anunciado la detención de unas 50 personas implicadas en dichos incidentes.
El ministro saudí de Exteriores, Adel al-Yubeir, anunció el domingo la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán, una medida que secundaron un día después el Gobierno de Baréin y de Sudán. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) también anunciaron que reducirán su presencia oficial en el país persa, en apoyo a su aliado saudí.
El presidente de Irán, Hasan Rohani, ha explicado al respecto que Arabia Saudí, rompiendo las relaciones políticas con el país persa, no puede encubrir sus crímenes, incluida la ejecución de un líder religioso.
La ejecución de Al-Nimr, de 56 años de edad, fue intensamente criticada por los grupos pro derechos humanos y desató la ira y las protestas de las comunidades chiíes de toda la región.
La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés) calificó la medida de “otra mancha” en el historial de los derechos humanos de Arabia Saudí.
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