Según el Ministerio de Sanidad palestino, solo en las últimas 24 horas, los sionistas cometieron 8 masacres contra familias palestinas, dejando 89 muertos y 120 heridos.
Los bombardeos indiscriminados continúan en toda la Franja de Gaza. Israel mantiene sus ataques por tierra y aire contra casas y edificios en el norte del campamento de refugiados de Nuseirat, al centro. Según fuentes médicas, un civil murió y otros resultaron heridos en un ataque aéreo israelí contra una escuela que albergaba a personas desplazadas. Por otro lado, al menos 29 personas murieron en un bombardeo contra una vivienda al norte.
En el sur de la Franja, en Rafah, el alcance de la devastación es monumental. A la par, la ciudad de Jan Yunis ha quedado completamente arrasada tras la retirada de las tropas israelíes de esta área el fin de la semana pasado. Médicos extranjeros describen la situación como catastrófica.
Mientras tanto, una portavoz de Unicef dice que un vehículo en el que viajaban su equipo y ella, fue alcanzado por munición real mientras esperaba entrar al norte del enclave palestino.
Cientos de miles de niños palestinos siguen sufriendo, no solo a causa de los bombardeos y la violencia, sino también porque el régimen israelí utiliza el hambre como “arma de guerra”. Al menos 31 personas han muerto de inanición, 27 han sido niños que sufrían malnutrición y deshidratación. Además, según la ONU, más de un millón de personas está en riesgo de hambruna inminente.
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