El canciller de Baréin, el sheij Jalid Bin Ahmad Al Jalifa, ha afirmado este sábado que el recién establecido comité, llamado "Interferencia iraní en los países árabes", es una iniciativa destinada a contrarrestar la “amenaza” que supone Irán para la seguridad de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por países árabes ribereños del Golfo Pérsico).
El diplomático ha explicado que el CCG se enfrenta a muchas amenazas de seguridad desde Yemen y desde las fronteras de Irak, para después alegar que Irán constituye ‘la principal amenaza’ para la seguridad de los países de este organismo regional.
En esta misma línea, Arabia Saudí, Baréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU) decidieron establecer un comité especializado en ese tema.
De igual modo, ha advertido que si la República Islámica de Irán no muestra buena voluntad y continúa interviniendo en los asuntos de los Estados del CCG, Baréin y sus aliados trabajarán un mecanismo específico para aislar a Irán, tanto en la región como en el mundo, según recoge el diario egipcio Al-Ahram.
Además, ha dejado en claro que este mecanismo incluye varias rutas para hacer frente a estas injerencias, entre ellas: la opción nacional dentro del Consejo de Cooperación del Golfo, la opción del Golfo Pérsico dentro del marco del CCG, una vía política y diplomática, la opción económica y comercial, así como los medios de comunicación.
Las autoridades persas siempre han rechazado categóricamente las acusaciones de ciertos países árabes sobre la supuesta injerencia de Teherán en las cuestiones internas de los países de la zona.
Teherán siempre apuesta por mantener mejores relaciones con los países vecinos y de la región, y ha dado la bienvenida a cualquier esfuerzo en ese sentido.
No obstante, las autoridades persas, que siempre han buscado la estabilidad, la seguridad y el progreso de los países, han denunciado en reiteradas ocasiones las políticas hostiles y la retórica antiraní de ciertos Estados de la zona, encabezados por Arabia Saudí, país que no mantiene relaciones diplomáticas con Teherán desde enero de 2016.
Desde entonces la monarquía saudí, que tiene posturas muy diferentes a las de Teherán en muchas crisis regionales, incluidas las de Siria y Yemen, ha intensificado su retórica antiraní, acusando al país persa de realizar actos desestabilizadores en la región.
El pasado 18 de enero, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, dijo que su país está dispuesto a trabajar con Arabia Saudí para contribuir al cese definitivo de todos los conflictos regionales.
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