Se trata de los representantes de los países árabes ribereños del golfo Pérsico, cuyos Gobiernos fueron puestos en la lista negra de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por las atrocidades que están cometiendo contra los niños yemeníes en su agresión contra Yemen.
La decisión del organismo internacional, que incluye a todos los países participantes en una coalición encabezada por Arabia Saudí, ya fue condenada por los saudíes, que calificaron el informe del máximo responsable de las Naciones Unidas de “desequilibrado” y basado en informaciones no creíbles.
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