El pasado 19 de abril se produjo al menos cinco explosiones por un ataque en la base militar Kalsu, en las afueras de la ciudad de Babel, a unos 80 kilómetros al sur de la capital iraquí, y que acoge a miembros de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad al-Shabi, en árabe), así como a militares y policías iraquíes
Al respecto, el embajador ruso en Bagdad (capital de Irak), Elbrus Kutrashev, ha responsabilizado a Estados Unidos de haber tenido conocimiento del ataque contra la referida base de las fuerzas populares iraquíes.
“Los estadounidenses dijeron que no eran responsables de este ataque y estoy seguro de que no fueron los autores del ataque, pero al mismo tiempo no creo que no tuvieran nada que ver con el ataque, porque todo el cielo de Irak está bajo el control militar de Estados Unidos y cualquier cosa que haya sucedido definitivamente está sucediendo con el conocimiento de Estados Unidos, por eso participaron en este ataque”, ha recalcado el diplomático ruso.
Al-Hashad Al-Shabi dijo, en un comunicado, que la ofensiva apuntó su “cuartel general” y admitió que las explosiones “provocaron víctimas y pérdidas materiales”, sin dar a conocer detalles. Fuentes locales aseguran que entre los heridos existen algunos efectivos militares.
El Comando Central de Estados Unidos (Centcom, por sus siglas en inglés), en un comunicado, ha rechazado cualquier implicación de las fuerzas estadounidenses en el incidente, mientras que algunas fuentes iraquíes no identificadas han atribuido el ataque al régimen de Israel. “Estados Unidos no ha llevado a cabo ataques aéreos en Irak hoy”, se lee en la cuenta en X del comando estadounidense.
La milicia iraquí Kataeb Sayed al-Shuhada, que integra Al-Hashad Al-Shabi, ha prometido responder a los autores y responsables del ataque.
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