Según informó el lunes el portavoz del comando de las operaciones conjuntas de las Fuerzas Armadas iraquíes, el general de brigada Yahya Rasul, los civiles fueron ejecutados por el grupo terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe) en un tiempo indeterminado, además las vestimentas de las víctimas están totalmente podridas.
La mayoría de los cuerpos se ha reducido a esqueletos, añadió el titular iraquí para después comunicar el inicio de las investigaciones pertinentes por un equipo forense de Bagdad, la capital, para dar con los detalles de esta masacre.
Stephane Dujarric, portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), urgió en la misma jornada del lunes el “castigo severo” a los terroristas por los crímenes cometidos en Mosul, capital de la provincia norteña de Nínive.
Consideró que una vez finalizada la operación en Mosul, la ONU empezará sus investigaciones para llevar ante la justicia a los autores de este tipo de crímenes cometidos durante la crisis iraquí. “No hay duda de que quienes cometen estos crímenes inhumanos deberían asumir las consecuencias”, precisó.
“Actualmente, la ONU está extremadamente preocupada por la situación humanitaria en la zona de Mosul, donde el asalto a la ciudad obligó a 34 mil personas a dejar sus hogares”, enfatizó.
La localidad de Hammam al-Alil fue arrebatada el pasado sábado a los terroristas de EIIL en el marco del avance antiterrorista de las fuerzas iraquíes hacia Mosul, principal y último bastión de esta banda terrorista en suelo iraquí.
Según datos anunciados a finales del pasado mes de octubre por el comité de Derechos Humanos del Parlamento de Irak, 232 civiles habían sido ejecutados por los terroristas en el área del sur de Mosul, detallando que 190 habían sido llevados a cabo en Hammam al-Alil. Además de la captura de miles de civiles para utilizarlos como escudos humanos.
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