"Esperamos en los próximos meses expulsar a Daesh de Mosul", declaró el lunes Al-Abadi, antes de reunirse con el presidente de EE.UU., Barack Obama, en Nueva York, donde se encuentra para participar en las reuniones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
El premier iraquí tachó al grupo takfirí de una "gran amenaza" para la estabilidad del país árabe e hizo hincapié en que los miembros de esta banda terrorista “deben ser aplastados en el suelo”.
Esperamos en los próximos meses expulsar a Daesh de Mosul", aseveró el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi.
Por su parte, Obama, antes de su reunión con Al-Abadi, se manifestó confiado de que el Ejército iraquí, con el apoyo de EE.UU., pueda avanzar en Mosul "con bastante rapidez", pero advirtió de que "esto va a ser duro, va a ser desafiante".
El mandatario estadounidense detalló que su confianza se basa, entre otras cosas, en la "cooperación" entre la coalición internacional contra Daesh, las fuerzas iraquíes y los peshmergas kurdos.
Obama también consideró importante no solo recuperar Mosul, sino estar "preparados" para proporcionar ayuda humanitaria y "reconstruir" la ciudad de manera que se garantice que no vuelva a ser feudo del EIIL ni de "la ideología extremista nacida de la desesperación".
Después de la liberación de Faluya, el que fuera baluarte más importante del EIIL en la provincia occidental de Al-Anbar y situado a tan solo 60 kilómetros al oeste de Bagdad, las fuerzas iraquíes se están preparando para una batalla de Mosul, capital de la provincia septentrional de Nínive, y han anunciado que sus operaciones podrían iniciarse a finales de octubre.
El 24 de marzo se puso en marcha la primera fase del proceso de la liberación de la ciudad de Mosul y, la segunda fase, empezó el 12 de junio, en la que las fuerzas iraquíes recuperaron el control de docenas de aldeas que estaban en las garras de Daesh.
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