“Si el Gobierno no actúa al respecto, la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento de Irak empezará a recolectar las rúbricas de los legisladores para expulsar al embajador saudí”, recalcó el domingo Razaq al-Haidari, miembro de dicha comisión.
El polémico diplomático saudí, Thamer al-Sabhan, recibió duras críticas por sus palabras sobre las fuerzas populares iraquíes, conocidas también como Al-Hashad al-Shabi, diciendo que ellos atacan las propiedades y matan a los ciudadanos suníes iraquíes y que en realidad no son populares entre la población iraquí.
Si el Gobierno no actúa al respecto, la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento de Irak empezará a recolectar las rúbricas de los legisladores para expulsar al embajador saudí”, aseveró Razaq al-Haidari, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento iraquí.
Pero Al-Sabhan no está solo y tiene el respaldo del ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, Adel al-Yubeir, quien arremetió contra Al-Hashad al-Shabi y exigió desmantelar este grupo que desempeña un papel transcendental en la lucha del Ejército iraquí contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Al-Haidari explicó que esta intención es una reacción a las intervenciones de Riad en Irak y las afirmaciones no diplomáticas de las autoridades saudíes contra las fuerzas populares que están bajo la supervisión del Gobierno iraquí, pues condenó el silencio mantenido por Bagdad ante la injerencia de los saudíes.
A continuación, mostró su sorpresa por estas posturas que toman los funcionarios saudíes que ocupan cargos como canciller o embajador cuyas principales misiones, declaró, es el fortalecimiento de las relaciones entre los países, y tales posiciones muestran que ellos actúan en contra de sus responsabilidades.
En su opinión, la actuación de los oficiales saudíes contra las fuerzas populares iraquíes es una muestra clara de los “objetivos oscuros” que busca Riad, y que su propósito principal es la creación de tensiones y divergencias entre las fracciones políticas y las tribus iraquíes para materializar su propia estrategia.
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