“Thamer al-Sabhan (embajador saudí en Irak) es un elemento indeseable, y me extraña que el Gobierno de Irak no lo haya expulsado ya por sus peligrosas declaraciones injerencistas”, dijo el martes Al-Kaabi en declaraciones a la televisión iraquí Alsumaria.
El diplomático saudí, añadió, busca alterar el statu quo actual de Irak y extender el sectarismo en el país árabe, por lo que debe ser tratado como un saboteador inadecuado para restablecer las relaciones entre Riad y Bagdad.
Thamer al-Sabhan (embajador saudí en Irak) es un elemento indeseable, y me extraña que el Gobierno de Irak no lo haya expulsado ya por sus peligrosas declaraciones injerencistas”, dijo el secretario general del movimiento iraquí Noyabaa (Dignos), el sheij Akram al-Kaabi.
Para Al-Kaabi, Al-Sabhan no es una figura política, sino una persona entrenada por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) para cumplir los objetivos y intereses de Washington en Irak.
El envío de tal representante a Bagdad, estimó el líder de Noyabaa, pone de manifiesto que la postura del reino árabe hacia Irak no ha cambiado y sigue siendo negativa.
Esto se produce después de que durante las operaciones del Ejército iraquí para liberar la ciudad de Faluya, en la provincia occidental de Al-Anbar, el embajador saudí en Irak, Thamer al-Sabhan, acusara a las fuerzas populares iraquíes conocidas como Al-Hashad al-Shabi de extender el sectarismo en el país árabe, y a los asesores iraníes de matar a civiles en la citada ciudad.
Al parecer, los saudíes están preocupados por los avances logrados por las fuerzas iraquíes, auxiliados por consultores de Irán, frente al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) —banda de la que se cree que recibe todo tipo de apoyo de Riad—.
Por otro lado, una fuente de seguridad iraquí ha informado, en una entrevista con la agencia iraní de noticias Fars publicada este miércoles, de que Arabia Saudí tiene planeado facilitar la huida de terroristas de una cárcel de la provincia de Dhi Qar, en el sur de Irak.
Quien busca propiciar las circunstancias necesarias para ese plan saudí, que incluye hacer llegar armas a los extremistas takfiíes encarcelados y llevar a cabo ataques con coches bomba para facilitar su escape, es justamente Al-Sabhan.
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