De acuredo con el informe cuyo contenido fue revelado el viernes por la revista alemana Der Spiegel, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cree que no podría hacer frente y protegerse si Rusia realiza un ataque contra la Alianza Atlántica.
“No se puede confiar en la Fuerza de Respuesta Rápida (NRF). No existe una garantía adecuada de que incluso la fuerza de intervención de la OTAN pueda responder rápidamente y, si es necesario, de forma sostenida”, se lee en el informe.
Del mismo modo indica que las estructuras de mando de la OTAN en gran parte de Europa y en especial en el este del continente verde no se han actualizado desde la era de la Guerra Fría, algo que necesitaría de mucho tiempo y capital para realizarse.
Por otra parte señala el estado actual de los sistemas de transporte europeos —y en especial los sistemas de despliegue militar— y advierte que, debido a sus estados actuales, es casi imposible que haya capacidad suficiente para garantizar un traslado rápido de las fuerzas militares en caso de un conflicto bélico.
No se puede confiar en la Fuerza de Respuesta Rápida (NRF). No existe una garantía adecuada de que incluso la fuerza de intervención de la OTAN pueda responder rápidamente y, si es necesario, de forma sostenida”, se lee en el informe confidencial de la OTAN.
No obstante, fuentes citadas por la agencia rusa TASS creen que hay motivos detrás de la filtración de un documento de tal importancia de la OTAN y creen muy probable que “esta publicación sea una parte de la campaña mediática en apoyo a los planes para aumentar los gastos militares de los países de la OTAN”.
Las relaciones entre Moscú y Occidente se empeoraron cuando comenzó la crisis de Ucrania y la posterior anexión de Crimea a Rusia. A raíz de ello, EE.UU. y la Unión Europea (UE) aprobaron varios paquetes de sanciones contra Moscú, que respondió a ellas imponiendo similares medidas.
Mientras se espera una solución pacífica a la crisis ucraniana, la OTAN despliega sus efectivos militares a los países europeos limítrofes con la frontera occidental de Rusia, como Polonia. Una presencia que el Kremlin considera de provocativa, mientras que Moscú también realiza despliegues controversiales similares a la de la Alianza Atlántica.
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